Trataremos este tema en relación con la Espiritualidad diocesana “La caridad pastoral” en la reflexión teológica y espiritualidad del ministerio ordenado es relativamente reciente, ya que surge a partir del Concilio Vaticano II.
En la Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis se define la caridad pastoral como “el principio interior, la virtud que anima y guía la vida espiritual del presbítero en cuanto configurado con Cristo cabeza y pastor”. Un poco más adelante se dice que es “la participación de la misma caridad pastoral de Jesucristo”. Así pues, se trata del rasgo o aspecto teológico que mejor define la identidad espiritual del sacerdote, puesto que sintetiza y unifica el ser y la misión específicas del presbítero.Teniendo como punto de referencia principal el #23 Pastores Dabo Vobis intentaremos ahora
delimitar el perfil de la caridad pastoral, ya que dependiendo de cómo se
entienda ésta, así será comprendida la identidad del presbítero.
Ø El primer rasgo que caracteriza a la caridad
pastoral del presbítero es:
o La participación
en la caridad pastoral de Jesucristo.
Este planteamiento va mucho más allá de aquella comprensión insuficiente de la
caridad pastoral como la mera entrega del presbítero a las tareas pastorales,
ya que esta concepción cabe la posibilidad de ser entendida únicamente desde la
persona y tarea del sacerdote.
o La caridad pastoral del presbítero siempre ha de
tener como fuente y culmen la caridad pastoral de Jesucristo, la cual se
encarna, se prolonga y se actualiza “en el amor concreto del presbítero a su
comunidad y a la entera comunidad eclesial”. Por tanto, lo que manifiesta
realmente la caridad pastoral del presbítero es su tarea, su actitud
servicial y su talante de entrega amorosa, pero su origen es distinto a todo
ello.
La caridad pastoral del presbítero implica una
participación en el amor de Pastor propio de Jesucristo: “El sacramento del orden confiere al sacerdote la gracia sacramental,
que lo hace partícipe no sólo del «poder» y del «ministerio» salvífico de Jesús,
sino también de su «amor»”. Así, por medio del Sacramento del Orden y de la
acción del Espíritu Santo, el presbítero es insertado en todas sus dimensiones
dentro de la caridad pastoral de Cristo, de manera que todo su ejercicio
pastoral es constituido como un amoris
officium.
ü Por consiguiente, lo que define al presbítero no son
tanto sus “funciones” o tareas que realiza, sino que es sobre todo el
significado sacramental de su acción lo que otorga al ministro ordenado una
identidad propia y específica.
El
sacerdote -en virtud de su ordenación- representa, significa, hace presente y
manifiesta a la Iglesia la presencia y acción de Cristo Mediador en una
relación esencial con el mundo, el cual debe ser comprendido, de acuerdo con la
dinámica de la Encarnación, como lugar de encuentro salvador entre Dios y el
hombre.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario